Publicidad

 

EN BUSCA DE LA TUMBA DE BRUCE LEE

 



EN BUSCA DE LA TUMBA DE BRUCE LEE

 

En el cementerio de Seattle hay una tumba… bueno, en realidad hay muchas tumbas en este lugar, obviamente, pero merece la pena hablar de una en concreto o, más concretamente, del nombre que se encuentra grabado en esta lápida de altura desconcertante y que aún se susurra y se venera como si formase parte de la idiosincrasia más profunda de la ciudad. Como sus habitantes, los integrantes de Canódromo Abandonado (un prestigioso grupo humorístico formado por Lorena Iglesias, Aaron Rux y Julián Génisson) quedaron atrapados como un satélite en la órbita de Seattle en busca de la tumba de Bruce Lee.

 

Y en esa Luna, buscando lunares, encontramos a una gallega pelirroja y bella, algo así como Jessica Chastain… pero en guapa. Se trata de Lorena Iglesias, uno de los tres pilotos de la nave, y la primera que se lanza a explicarnos el origen de ‘La tumba de Bruce Lee’, la primera película de Canódromo.

 

 

“Después de un año y pico coqueteando seriamente con los vídeos” (uno de los puntos fuertes del grupo son los populares videomontajes que cuelgan en la Red), “lo decidimos todo en una noche. Creo que la idea de la peli se había estado incubando durante meses en los tres sin que nos diésemos cuenta y salió esa noche de golpe. De repente todo tenía sentido: Julián (Génisson) admira a Bruce Lee y había querido visitar su tumba desde que era pequeño, que está enterrado donde vivía Aaron (Rux). Ya teníamos un título y un punto de partida; necesitábamos un poco de dinero, un guión, y, por lo menos una persona más, a poder ser con un poco más de experiencia y con buen gusto”. Este cuarto pasajero, por cierto, es Pablo Hernando, director de otro bello desconcierto titulado ‘Cabás’ (2013).

 

Así nace una película con potencial de culto en un contexto de cine low-cost expatriado y que plantea la retrocrisis existencial por la que pasan sus protagonistas como inevitable catalizador empático para con el espectador. Para entenderla hay que buscar en la génesis del cataclismo del post-humor.

 

 

De este concepto diluido nos habla Julián Génisson, que se muestra contemplativo y habla como si esbozase un hou quan de Kung-Fu. Lo ha dicho en otras ocasiones: ‘La tumba de Bruce Lee’ pretendía ser “la peor película buena de todos los tiempos”, en un homenaje a ‘The Room’, de Tommy Wiseau (2003), “la mejor película mala de todos los tiempos… y no lo digo yo, lo dicen cientos de miles de usuarios”.

 

“Estoy obsesionado con esa película”, continúa Génisson, “al principio se vendió como un drama, pero el público se la tomó a coña, y poco a poco Wiseau se convenció de que era una comedia negra. El género es un concepto muy difuso, adulterable (una película de artes marciales nunca es sólo una película de artes marciales, igual que un pobre nunca es sólo un pobre) y, a la vez, el género contamina el cine más autoral. ¡Todo es género, y nada lo es! El caso es que quisimos hacer una comedia y nos salió triste, justo lo contrario de ‘The Room’, así que La tumba de Bruce Lee’ es lo contrario”, dice Génisson enrevesado su propio hou quan y, dicho esto, añade que no cree que ‘La tumba de Bruce Lee' sea menos cómica por ser triste.

 

 

Y es que el tono, entre melancólico y sonámbulo, desconcertante y bello como un haiku, es una de las principales bazas de esta historia sobre tres astronautas buscándose a si mismos en un satélite llamado Seattle. De este modo, ‘La tumba de Bruce Lee' al rozar eso que hoy se llama post-humor y que nadie entiende muy bien que es, chanante y sesuda, con tintes surrealistas (casi lynchianos) cabe preguntarse si Canódromo Abandonado buscaba ese tono desconcertante que acompaña a los personajes.

 

“No sé si un tono puede ser algo tan deliberado”, continúa Génisson, “puedes peinarte como quieras, pero no puedes cambiar de pelo. Quiero decir que el pelo, el tono, es algo que llevamos (¿elaborando? no, descubriendo) desde los primeros vídeos; quizá ahora sabemos mejor qué peinado queremos, o qué peinado nos sienta mejor. En general, no creo que haya ninguna voluntad de desconcertar en el post-humor, sólo gente haciendo el humor que le sale. En nuestro caso, intentamos recrear el sentido del humor de los sueños, ese «todo me resulta familiar, pero es un malentendido»”.


 

¿Sesudo? “Es cierto que hay mucha filosofía en la película, pero es algo que pasa mucho en el cine de artes marciales. Un ejemplo famoso, que señalamos con una salchicha en ‘La tumba de Bruce Lee’, es aquello de que «el sabio señala la Luna y el tonto se queda mirando el dedo». En ‘Operación Dragón’ (Robert Clouse, 1973) es más que un adorno, un toque de exotismo en una película de hostias; toda la película va de eso, de gente que utiliza las artes marciales por motivos privados (orgullo, dinero, lo que sea), y no para viajar a la Luna…. pero al mismo tiempo, el personaje de Bruce Lee va a la isla por venganza, otra forma de dejarse cegar por el dedo, y tendrá que aprender a renunciar a eso”, remata Génisson.

 

Utilizando Seattle, como si se tratase de un oasis decadente de sueños por cumplir, ‘La tumba de Bruce Lee’ coloca aquí a la pareja protagonista (Lorena y Julián) en la tesitura metafísica de ver más allá de la salchicha y alcanzar sus sueños mediante un exhaustivo entrenamiento consistente en correr despacio a cargo de un coach un tanto peculiar interpretado brillantemente por Aaron Rux (quien, por cierto, aún no ha dicho nada). Quizá esto, es lo que hace que el público conecte inevitablemente con su planteamiento, incapaces de reconocer que buscan sueños tan ridículos como hermosos.

 

TRAILER DE "LA TUMBA DE BRUCE LEE"

 

En este sentido, Lorena Iglesias reconoce que “normalmente la gente que nos dice cosas a la cara es gente que ha disfrutado de la peli y, sí, empatizan con los personajes, con la historia, con la estética o con la música. En general creo que conmueve bastante. Claro que es difícil decirle a alguien que se ha ido a EE.UU. a hacer una peli con tres amigos: «¡devuelve el dinero, esto no vale!»”, dice. “A mí también me cuesta ser objetiva. Cuando alguien me dice: «me desconcertó un poco, tengo que volver a verla», me lo creo, lo cuento como una crítica positiva. Cuando escucho eso de otra peli, pienso «no le gustó, y está intentando salir del paso».

 

“Después está el factor medios”, continúa Lorena, “y en ese sentido la peli es un éxito, ¿cómo va a fracasar una peli hecha con 6.000 euros? Si se ve, se oye, tiene guión y música propia ya es rentable. ¡Ah!, y el guión y la banda sonora son muy buenos, y las imágenes son muy evocadoras. Yo diría que la relación calidad precio es inmejorable”, concluye la integrante femenina de Canódromo Abandonado, aunque añade una cosa: “hay un fenómeno muy extraño: un tipo de gente, eminencias del mundo del cine, a las que sabemos que les ha encantado pero que no se atreven a decirlo en Internet. Les da vergüenza o no sabemos qué. ¡Eso sí que es desconcertante!”.

 

 

Aparece por fin el tercer tripulante, oriundo de Seattle además, para explicarnos el proceso de producción de ‘La tumba de Bruce Lee’, levantada entre los bastidores de Internet mediante crowdfunding. Se trata de Aaron Rux, afable y con una entrevelada sonrisa que podríamos considerar de perpetua satisfacción, que da una vuelta de tuerca para convertirse en un místico personaje tan atractivo como repelente en la película que ha rodado en su ciudad de nacimiento.

 

“Ahora que hemos visto todas las fases por las que hay que pasar para hacer una película de este tipo, pensándolo un poco, lo de ir a Seattle creo que fue lo más sencillo de todo”, dice Aaron.  “Es cierto que teníamos que conseguir un puñado de dólares para comprar los billetes y para hacer eso tuvimos que montar un crowdfunding con éxito, pero una vez allí, sabíamos que sólo teníamos un mes para grabarlo todo.  Fue mucha presión pero creo que nos ayudó a concentrarnos.  También como soy de allí tuvimos muchos recursos en cuanto a contactos, localizaciones y esas cosas facilitaron la producción bastante”.

 

 

Calurosamente acogida en el Festival de Cine Low Cost de Barcelona, cuando el proyecto aún estaba en su primera fase de montaje, lo cierto es que ‘La tumba de Bruce Lee’ pasó de ser una pera en dulce en Internet a pasar injustamente desapercibida en el trasiego comercial. De esa primera etapa, la del crowdfunging, Aaron Rux recuerda que fueron “cuarenta días de alimentar la neurosis mirando tu correo compulsivamente para ver si se ha apuntado alguien a la causa”. Y continúa, “para nosotros, el crowdfunding nos pareció la única vía para financiar la película puesto que no conocíamos nada del mundo de las productoras y creíamos que el tipo de historia que queríamos contar no le interesaría a un público más bien comercial”. 

 

“Crowdfunding es una buena herramienta para sacar películas; eso sí, no creemos que sea el modelo del futuro.  Lo que estamos aprendiendo es que hay que tener una productora o alguien que se encargue de la vida de la peli después del rodaje y post-producción. Es cierto que al recaudar dinero estás creando una relación con tu público que se podría considerar como una campaña de micro-marketing pero con cien personas no vas a llegar ni a las salas comerciales, ni a los festivales con más prestigio”, concluye Aaron Rux, aunque añade con su característico semblante que, “dicho eso, estamos muy contentos con el resultado.  Si quieres hacer una primera película o si tienes alguna idea y tienes un minipúblico, puede ser una buena manera de llegar a más gente, pero no a los Goya”.

 

 

No claro, en los Goya no… la Academia no se merece una película como ‘La tumba de Bruce Lee’, este es más bien un título para la posteridad. Aunque, claro, es lógico entender a Lorena Iglesias cuando piensa que “vamos a tardar un tiempo en encontrar un número de personas significativo, tanto de admiradores como de detractores, para sacar conclusiones de ese tipo, pero me gusta que alguna gente tenga la sensación de que es una peli que va a ser reivindicada en el futuro. Nos gustaría hacer más películas antes de convertirnos en unos carcas. De momento seguimos teniendo el mismo estatus que hace dos años, sólo que a veces alguien habla de la peli en un blog, aparece en una lista o la recomienda una persona que mola, y esto nos motiva”.

 

En lo que nos toca (recordemos que ha sido elegida como la Mejor Película de 2013 para Cine Oculto), dejamos caer el obús de ‘La tumba de Bruce Lee’, una película tan fascinante como irreverente, pero tan preciosa como imprescindible como el grito de guerra de un “aquí estoy yo en el mundo” para vernos reflejados en ese sinsentido de superación sibilina. Un chute preciso de tono humorístico, de ese trending topic sumergido, de moda volátil en blogs de medio pelo y con un hueco por derecho a pie de página junto a esos imprescindibles ‘Diamond Flash’ (Carlos Vermut, 2011) y ‘Gente en sitios’ (Juan Cavestany, 2013). Veros reflejados donde queráis, porque hay tantos sitios… y tanta gente en sitios que es imposible no dejar al menos una costilla flotante como tributo allá donde encontréis ‘La tumba de Bruce Lee’.

 

UC (Manu Cabrera).

 

 

TEASER RECAUDATORIO CAMPAÑA CROWDFUNDING "LA TUMBA DE BRUCE LEE"

«La tumba de Bruce Lee» — Teaser recaudatorio from canodrama on Vimeo.